Limite los alimentos con grasa y prefiera las frutas y verduras. Modifique la forma de alimentarse.
En el Ecuador el índice de enfermedades a consecuencia de una mala alimentación aumenta. El colesterol es un tipo de grasa que las personas llevan normalmente en su sangre, y de acuerdo con la cantidad que circule puede ser un amigo o un enemigo mortal. Nuestro organismo absorbe el colesterol, en una parte, de los alimentos como: carne, embutidos, mariscos, huevos, leche entera, y la otra se forma naturalmente en el cuerpo.
Un nivel de colesterol sanguíneo superior a 200 mg/dl, pone en peligro el corazón y daña las arterias, lo que favorece la aparición de arterosclerosis, una enfermedad que a la larga puede ocasionar un infarto.
Una alimentación con alto consumo de grasas, especialmente de origen animal contribuye a que el colesterol en la sangre se eleve peligrosamente. El nivel deseable de colesterol en el organismo debe ser <200 mg/dl; el límite alto será hasta 239 mg/dl y un nivel determinado de alarma de >240 mg/dl.
Conforme a los hábitos de alimentación y estilo de vida de cada persona varían los tipos de colesterol, es decir, LDL o colesterol malo que al ser oxidado se deposita en las paredes de las arterias y las obstruye, ocasionando enfermedades cardíacas. En cambio, el segundo los HDL o colesterol bueno tiene la cualidad por su estructura de sacar el colesterol de la sangre para llevarlo hacia el hígado y luego eliminarlo. Existen tres tipos de grasa que son:
Saturadas: relacionadas con el nivel alto de colesterol sanguíneo; se encuentran en la piel del pollo, res, cerdo, en las comidas rápidas, repostería, mantequilla, queso crema y aceite de coco.
Poliinsaturadas: constituidas por los ácidos grasos Omega -3 y Omega-6 presentes en el aceite de maíz, girasol, soya, aceite de pescado, mantequilla de maní, margarina, nueces, almendras y pescados de agua fría.
Monoinsaturados: protectoras del corazón por excelencia, abundantes en el aceite de oliva y canola, principalmente.
Alimentación recomendada
- Reduzca la carne de cerdo, vísceras, embutidos, mariscos (en especial camarones), piel de pollo, leche entera, yema de huevo, quesos amarillos, mantequilla, queso crema y manteca de cerdo.
- Limite el consumo de huevos (dos por semana).
- Prefiera alimentos bajos en grasa.
- Modifique la forma de cocinar; prepare las carnes al horno, a la parrilla, a la plancha, vapor, hervidos; utilice aceite de soya, maíz u oliva.
- Aumente el consumo de fibra.
- Ingiera, al menos, tres tipos diferentes de verduras y frutas al día.
- Beba, aproximadamente, ocho vasos de agua al día.
- Evite las bebidas alcohólicas.
- Haga ejercicio porque mejora la función cardiorrespiratoria, ayuda a mantener el peso y controla los niveles de colesterol.